lunes, 18 de diciembre de 2006

Accesorios imprescindibles para tu tortuga


Accesorios imprescindibles para tu tortuga

Has decidido compartir tu vida con una tortuga. Como animal de compañía, resulta radicalmente diferente a otras mascotas más tradicionales como, por ejemplo, un perro o un gato. Se trata de una experiencia muy enriquecedora, sobre todo, para los más pequeños de la casa, ya que podrán sentirse responsables del nuevo miembro de la familia, mientras que con un can o un felino doméstico, un adulto deberá estar más pendiente durante momentos esenciales tales como el paseo o el cepillado.
Sin embargo, la tortuga también necesita de una serie de condiciones indispensables para asegurar su óptimo bienestar. En primer lugar, la mayoría de las tortugas que se comercializan actualmente dependen del medio acuático para sobrevivir. El hecho de necesitar un hábitat diferente al nuestro, responde a determinadas peculiaridades de las que debes informarte.
El acuario: la pieza clave.
El primer objeto que debes adquirir es un acuario. Existe una gran diversidad en cuanto a tamaños y formas. Resulta realmente útil adelantarse al futuro desarrollo de tu nueva mascota comprando un habitáculo lo más grande posible, así no tendrás que desechar los que vayan quedándose pequeños y gastarte más dinero a la larga.
Un aspecto fundamental es que en la confección del acuario se haya usado silicona inocua para las juntas, puesto que los químicos afectan a la salud de su inquilino. Además, debe tener rampas a sus costados de manera que tu reptil pueda tomar sus baños de sol, tan necesarios para el buen funcionamiento de su organismo. Debe disponer de sitios soleados y sombríos.
Proporcionar calor:
Las tortugas precisan de gran cantidad de calor para mantener sus funciones vitales, por ello la instalación de un calentador es esencial. La temperatura del agua dependerá de la especie que tengas, pero suele oscilar entre los 20 °C y 28 °C. Para el cálculo de la misma debes saber cuántos litros de líquido tiene tu acuario.
La fórmula es sencilla; hay que multiplicar la longitud, la altura y la profundidad en centímetros y, después, dividir esta cifra entre 1000. De esta manera, sabrás la capacidad de tu acuario. Una vez tengas un resultado, multiplícalo por 0,5 y obtendrás la regulación necesaria de tu calentador. Recuerda que cada vez que limpies el acuario éste debe desconectarse.
Con el fin de controlar adecuadamente la temperatura de tu acuario, emplea un termómetro. Se trata de una pieza barata y ciertamente útil, ya que podrás verificar la temperatura del agua cada día, dándote la pista para regular el calentador si fuera necesario.


Cuidado con el agua:Otro de los complementos fundamentales es el acondicionador. El agua corriente contiene muchos elementos químicos, como el cloro, sales y flúor, que disueltos en el acuario provocan irritaciones cutáneas. Un ejemplo muy sencillo son las cañerías de cobre por donde tiene que pasar el agua para llegar a nuestros hogares. Durante el trayecto se desprenden pequeñas dosis de cobre, perjudicando la vida del reptil.
Por último, es preciso señalar que, a efectos decorativos, un acuario se verá más atractivo si colocas rocas y piedras, pero asegúrate de que carecen de aristas que puedan dañar a tu mascota.

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