martes, 12 de diciembre de 2006

Como elegir a nuestro perro



En ambos sexos influye en gran medida, la educación y la relación social con otros perros y/o personas para el desarrollo de su carácter. Hay que tener en cuenta sus aptitudes como individuo independiente y su actitud frente a nosotros. No todos los machos son buenos defensores de su territorio ni todas las perras son las mejores del coto. Esto es lo que se supone como norma, pero como en todo siempre hay excepciones.
- La hembra más o menos cariñosa, depende de cada caso, sí que va a tener un comportamiento hormonal distinto. Las perras poseen un ciclo en el que sufren variaciones claras y patentes aproximadamente dos veces al año, cuando están celo. En este caso conviene saber qué es lo que le sucede y porqué. Como consecuencia del celo algunas pueden orinan con mayor frecuencia y pueden llegar a padecer trastornos hormonales.
También hay que tener en cuenta que en la mayoría de las razas el macho tiene mayor tamaño que la hembra y esto se traduce en mayor volumen de masa corporal y fuerza. Manejar razas grandes puede llegar a ser un problema.
Si bien es cierto, que las quejas de dueños de perros machos de razas mayormente pequeñas, se centran en esa manía de marcar todo y a todos en casa. Si además añadimos que ese macho ha realizado alguna monta, el instinto sexual puede multiplicarse.
De pequeños todos se nos mostrarán igual de bonitos, divertidos y juguetones. Si no hemos decidido de antemano el sexo de la mascota conviene saber que:
- El macho por su naturaleza, podría ser igual o más cariñoso que una hembra de su misma raza, pero en general tienden a ser más territoriales y necesitan marcar más la diferencia con otros perros. Siempre llega una edad, que suele coincidir con el final de su desarrollo, en la que sus hormonas afloran y van a definir en un alto porcentaje su comportamiento. Es obvio que con la educación que le hayamos dado y el manejo que tengamos de él, esto no tiene por qué ser un problema.

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